miércoles, 22 de abril de 2020

LA SILLA DE BERKLEY

- Ponte el vestido negro transparente, sin ropa interior debajo, obviamente - me ordenó Amo Grey.
Es un vestido negro, semitransparente, que me regaló él hace unos meses. Me lo puse, mientras él lo preparaba todo. También me puse las medias negras y los zapatos de tacón, pues a él le gustan mucho.
Cuando ya estuve lista, se lo dije y me autorizó a que saliera de la habitación, pues ya todo estaba listo en el salón. Al llegar, vi que había puesto la silla de Berkley en medio del salón, con el cepo al final de esta.
- Bien, enséñame lo que sabes hacer - me dijo, poniendo un poco de música.
Bailé un poco al ritmo de la música, mientras él, que llevaba unos tejanos y una camiseta, se quitaba la camiseta. Luego, me ordenó que me pusiera sobre la silla.
Me coloqué sobre la silla, y él me ató a esta. Luego coloqué mi cabeza y mis manos en el cepo, quedando atrapada a este. Amo Grey, acarició mi cara, metió uno de sus dedos en mi boca y se lo chupé. Luego se situó tras de mí, y subió mi vestido, dejando mi culo al descubierto, que acarició suavemente. Vi que sacaba el flogger de la bolsa de juguetes y no tardó en empezar a azotarme con él. Primero fue suavemente, después y luego poco a poco fue aumentando la fuerza, de modo, que cada vez sentía más los golpes y por tanto el escozor en mi culo. Sentía como se estaba poniendo rojo, ya que sentía que me quemaba. Pero eso hacía también que me excitara. Cuando se dio cuenta que ya estaba bastante excitada, sentí que primero acariciaba suavemente mi culo, luego llevó sus dedos hasta mi sexo y empezó a acariciarlo suavemente, haciendo que me excitara aún más. Sentí que se alejaba de mi, pero oia ruido, por lo que aunque no podía verle, porque tenía la cabeza metida en el cepo, supe que estaba allí. Se acercó de nuevo a mí, se metió entre mis piernas y noté que rozaba mi sexo con el suyo, sin duda iba a follarme. Todo mi cuerpo se estremeció al sentirle. Empezó a moverse despacio, sujetándome por las caderas y luego poco a poco fue aumentando el ritmo, haciendo que gimiera y que el placer fuera aumentando poco a poco, hasta que me corrí. Luego siguió empujando, metiendo y sacando su polla de mí, hasta que también él se corrió. Y entonces, me sacó del cepo, me desató de la silla y cogiéndome en brazos me llevó hasta la cama. Donde me tuvo un rato, abrazada, dándome besos. Fue una experiencia maravillosa pero a la vez muy tierna. Hacía días que no usábamos el cepo y nunca antes lo habíamos usado con la silla de Berkley. Él sabe cuando me gusta el cepo, y a él le encanta que usemos las silla de Berkley así que supongo que pensó que sería una buena idea usarlos a la vez y realmente fue una de las mejores ideas que se le podían haber ocurrido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario