miércoles, 2 de agosto de 2023

MI NUEVO CAMINO

 Hola amigos. 


Creo que es justo que empiece contando lo que ha pasado. Como ya dije, Amo Grey ya no es mi Amo. 

Lo dejamos hace casi un año. Fue él el que me dejó, dijo que necesitaba más, que lo nuestro ya no era suficiente para él y que necesitaba un tiempo para pensar. Así que nos separamos, yo volví a mi antiguo piso y él se quedó en el que habíamos compartido. 

Al principio no fue fácil, lo reconozco, pero poco a poco me fui haciendo a la idea. Volví a salir con mis amigas, empecé a frecuentar algún local BDSM. Y volví a disfrutar de ser sumisa. En una de mis visitas a un local BDSM me encontré con Arturo, un viejo amigo con  el que compartimos algunos juegos Amo Grey y yo. Ahora él es Sir Arturo y desde hace unos meses es mi Amo. Y de momento, soy feliz y me gusta estar con él. 

Nuestra relación es diferente a la que tenía con Amo Grey, pero poco a poco ya os iréis



dando cuenta de porque. 

sábado, 29 de julio de 2023

HE VUELTO

 


Hola, 

he vuelto, después de mucho tiempo, bastante tiempo, aquí estoy otra vez. Añoraba escribir en este el que para mí es mi diario. Quizás por eso he vuelto, para mí escribir es como una droga, contar mi historia, explicar lo que siento, como me siento, etc. En fin, que aquí estoy otra vez para contaros cositas. 

Para empezar, tengo nueva cuenta en twitter (la antigua me la cerraron): 

@Secresumisa3003

También tengo una página en patreon, donde escrito textos, cuentos o relatos sobre BDSM, sobre personajes ficticios:  

https://www.patreon.com/SecretariaSumisa

Como siempre seguiré deleitandoos con mis aventuras, aunque desde ya os cuento que ya no estoy con Amo Grey, ya os contaré que ha sucedido con él. Eso sí tengo otro Amo y ya os contaré mis aventuras y desventuras con él. He de deciros que precisamente fué él quien me animó a volver a escribir aquí. En fin, gracias por seguir ahí, porque sé que me seguis. Gracias todos. 



lunes, 5 de julio de 2021

EL LIGUERO - LOS JUEGOS PERVERSOS DE MI JEFE

 A Amo Grey le gusta que me ponga medias con liguero. Obviamente, la premisa es que no lleve braguitas y debo llevar falda, a poder ser corta. Porque a Amo Grey le encanta quitarme el liguero o también dejarlo puesto. Sea como sea estoy descubriendo a todo un fetichista en mi Amo. 

Bueno, a lo que vamos. Ayer me dijo que tenía que ponerme el liguero y las medias, sin braguitas debajo, para ir a trabajar. Así que como sumisa obediente, me las puse. Y ya en el coche, mientras íbamos al  trabajo, Amo Grey, no dejaba de acariciar mis piernas, buscar mi sexo bajo la falda y acariciar suavemente, lo que pudiera. Llegamos a la oficina, y me hizo subir por las escaleras, con él detrás de mí. Menos mal que son sólo tres pisos. Eso sí, él iba todo el rato mirando mi culo y diciéndome: 
— ¡Qué culo más hermoso tienes! 
Llegamos a la oficina, entramos en el despacho y nos pusimos a trabajar, pero al cabo de unos 20 minutos. Amo me ordenó: 
— Ven aquí Lee. 
Me levanté, y me dirigí hacia él, mientras él me indicaba: 
— Aquí a mi lado. 
Lo hice. Me puse a su lado, de pie, y entonces sentí su mano subiendo por el interior de mi pierna suavemente. Rozó mi clítoris con un par de dedos, luego mis labios vaginales. Gemí empezando a excitarme. 
— Vuelve a tu sitio — me ordenó. 
Volví a trabajar o por lo menos a intentarlo, aunque me costaba, la verdad. Cuando a Mi Amo le da por jugar en la oficina, me cuesta mucho concentrarme en el trabajo. Durante un rato, Amo se comportó. Pero al cabo de más o menos media hora, volvió a llamarme. De nuevo, me coloqué a su lado. Estaba muy húmeda, porque no había dejado de pensar en las cosas que Amo Grey me haría. Sentí sus dedos, adentrarse entre mis piernas, subir por ellas hasta mi sexo. Sentí como los untada en mi humedad y luego como metía uno dentro de mí. Gemí, metió otro, volví a gemir, incluso me estremecí al sentirlo. 
— No te muevas, putita — me dijo en voz baja, mientras movía sus dedos dentro y fuera de mí. 
Y entonces alguien llamó a la puerta. Me quedé quieta, como si fuera un niño pequeño descubierto en una de sus travesuras. Y Amo Grey dijo: 
—  Adelante. 
La puerta se abrió y Elisa la recepcionista se acercó a la mesa con un sobre grande. 
— Acaban de traerle esto, Sr. 
— Gracias Elisa. 
Elisa dejó el sobre encima de la mesa y luego salió del despacho, mientras Amo Grey seguía con sus dedos metidos dentro de mí. Tras eso, sacó sus dedos, se puso en pie situándose tras de mí y me subió la falda, lo que me alarmó. 
— ¿Qué vas a hacer Sr? — le pregunté. 
— Voy a follarte ahora mismo, no aguanto más. 
— Pero Sr. la puerta — dije asustada, ya que alguien podía entrar y pillarnos en pleno acto. 
Pero nada le convenció, sentí su sexo en la entrada de mío, y como de un sólo empellón lo metía profundamente. Luego me sujetó por las caderas y empezó a moverse dentro y fuera, dentro y fuera, cada vez más rápido, tanto que en menos de un minuto se corría, sin permitir que yo lo hiciera, dejándome con las ganas. Se apartó de mí, y me ordenó que volviera a mi sitio. Mi corazón aun latia a mil por hora cuando me senté en mi silla. 

viernes, 25 de junio de 2021

LOS JUEGOS PERVERSOS DE MI AMO - HACERLO EN LA OFICINA


Hace sólo unos meses, mi Amo y como sabéis jefe, ordenó que pusieran mi mesa frente a la de él en el despacho. Dijo que me quería tener cerca y verme cuando trabajaba. Pero en realidad lo que quería era tenerme cerca para que pudiéramos jugar más libremente en las horas de oficina. Uno de sus juegos favoritos cuando estamos solos en el despacho es el siguiente. Con la puerta cerrada y el pestillo puesto, por supuesto, me ordena que quiere ver mis tetas, así que me desabrocho la blusa, aparto el sujetador y le enseño mis tetas desnudas. 
— Tócatelas, sóbatelas para mí — me ordena. 
Y por supuesto, como buena sumisa que soy, yo lo hago. Sobo mis tetas, las acaricio, pellizco mis pezones y es entonces cuando va un poco más allá y me ordena: 
— Ponte unas pinzas de papeles en los pezones, putita. 

No sabéis como duelen así, que a pesar de que lo hago, me pongo una, y luego la otra, no las aguanto mucho tiempo la verdad, es algo tan doloroso, que empiezo casi a hiperventilar y mi Amo deja que me las quite. Cuando lo hago, el dolor perdura en mis pezones durante un rato. Vuelvo a acariciar y sobar mis tetas y entonces mi Amo me ordena que vuelva a mi trabajo. 
Lo hago, pero sigo sintiendo su mirada y su deseo sobre mí. Y eso me excita. Y él lo sabe. Estoy mojada y cada vez más, además de que le deseo tanto, tanto. 
Trato de concentrarme en lo que estoy haciendo aunque me cueste. Y pasado unos minutos, mi Amo vuelve a darme una orden: 
— Abre bien esas piernas, bájate las braguitas y enséñame tu coñito húmedo. 
Obviamente y de nuevo, obedezco, me separo un poco de la mesa, abro las piernas, me subo la falda hasta la cintura, bajo mis braguitas y le muestro mi sexo húmedo y hambriento. 
— Acaríciatelo, putita. 
Y lo hago, me acaricio, busco mi clítoris y los acaricio, marco círculos sobre él y todo mi cuerpo se estremece. 
— ¿Te gusta, putita? — me pregunta mi Amo. 
— Sí Señor. 
— Ahora metete un dedo y lo dejas ahí un rato — me ordena. 
Lo hago. Todo mi cuerpo se estremece. Cada vez estoy más caliente, le miró, le reto con la mirada. El me mira, se moja los labios con la lengua, sé que él también me desea. Pero obviamente, tiene sus planes. 
— Sácalo y sigue acariciándote. 
Obedezco, estoy tan excitada que sé que si sigo acariciándome tendré un orgasmo. Amo Grey también lo sabe y por eso me ordena: 
— Tápate putita y vuelve a tu trabajo. 
Me tapo, me siento y trato de volver a lo que estaba haciendo, pero obviamente, me cuesta concentrarme. Estoy excitada y deseo más que nunca que mi Amo calme este hambre que tengo de él. 
Pasados unos 20 minutos de nuevo me mira y me dice: 
— Ve al baño y me esperas allí, con la luz apagada y la puerta cerrada. Daré tres golpes cuando llegué, ábreme. 
— Si señor — Le digo y me dirijo al baño. 
Espero en la oscuridad. Y al poco rato, escucho tres golpes en la puerta. Es él sin duda. Abro la puerta y dejo que entre. Amo Grey cierra la puerta con el pestillo. Me besa en la boca, luego me pone de espaldas a él y de cara al lavamanos, frente al espejo, pero al estar a oscuras no puedo ver nada. Me sube la falda, baja mis braguitas de un tirón y se incrusta en mi culo. Besa mi cuello, acaricia mis tetas subiendo la blusa, pellizca mis pezones y gimo. Estoy a mil. 
— Abre bien las piernas, puta — me ordena. Y yo obedezco.

Oigo la cremallera de su pantalón bajando, todo mi cuerpo se estremece. Tira de mi cadera para acomodarme en un ángulo de 90 grados, de modo que mis tetas quedan dentro del lavamanos y yo apoyada sobre el grifo, restriega su hinchada verga por mi humedad. Gimo. La quiero dentro y la quiero ya, pero él se hace esperar un poco más. No puedo más, estoy a mil, y lo deseo tanto. Siento que empuja con su glande dentro de mí y finalmente me penetra. Gimo, casi grito al sentirlo. Luego empieza a moverse, dentro y fuera, dentro y fuera, y lo hace durante unos minutos que se me antojan pocos al final cuando siento que se corre y yo  no he podido llegar, porque él muy sabiamente, ha sabido controlar para que yo no me corriera. Se aparta, mientras yo siento la frustración de no haber conseguido lo que tanto deseaba. Me besa de nuevo en el cuello y sale del baño. 

martes, 8 de junio de 2021

ESA PRIMERA VEZ


 Pues si, como hace poco os contó mi sumisa, las botas de caña alta me vuelven loco. Es mi fetiche. Recuerdo la primera vez que la vi con unas puestas. Entonces aún no éramos ni novios ni nada, sólo jefe y secretaria. Ahora parece que haga mil años y tampoco hace tanto. 

Llegó a la oficina con una minifalda que le llegaba justo por debajo del culo y las botas de caña alta. Estaba realmente cañón, recuerdo que aquel día me la imaginé mil y una veces, desnuda para mí y con solamente las botas puestas. 

Si en aquel entonces hubiera sido mía, probablemente me la hubiera follado encima de la mesa de mi despacho. Fuerte, duro, metiéndole la polla hasta el fondo, mientras ella desnuda me daba la espalda y el placer de poseerla. 

Obviamente, después hemos llevado a cabo esa fantasía o deseo, no sé como llamarlo. Pero si puedo decir que fue maravilloso. La primera vez que la tuve para mí sólo, desnuda y con sus botas de caña alta, buff, fue maravilloso. No podía creer mi suerte, y me costó un mundo no lanzarme sobre ella y follarla. Así que por eso, ahora, siempre que puedo, le ordenó que se ponga las botas de caña alta, y jugamos. 

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jueves, 27 de mayo de 2021

BOTAS DE CAÑA ALTA

— Ponte las botas, mi amor. 

Se cuanto le gustan las botas a Amo Grey y sé que cuando me pide que me las ponga es porque tiene algo pensado, algún tipo de juego. Además las que más le gustan son las de caña alta, la que va por encima de las rodillas. 

Por eso me las pongo y cuando llegamos a la oficina me hace entrar en su despacho, cierra la puerta y me ordena: 

— Quítate toda la ropa, sólo la ropa. 

Y yo obedezco, me quito la ropa, quedándome desnuda y sólo con las  botas de caña alta y de tacón. Amo Grey me hace caminar por el despacho, mientras siento su mirada sobre mí, mis piernas rozando una con otra, mi sexo que se humedece. Me sentarme frente a él, sobre la mesa, cruzar mis piernas, y dejar que me observe durante un rato, luego me ordena que baje de la mesa y me vista.

Me hace repetir el juego varias veces a lo largo del día y finalmente, cuando llegamos a casa, nada más cruzar la puerta, de nuevo me ordena que me quite toda la ropa y que vaya por casa sólo con las botas. Tengo que cocinar, poner la mesa y hacer todas las tareas totalmente desnuda y sólo con las botas, mientras él me observa. Es el juego de las botas y cuando ya nos vamos a la cama, sin quitarme las botas, me hace el amor. Es su fetiche, mis botas de caña alta. 

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lunes, 24 de mayo de 2021

ROJO ARDIENTE

Atada a la mesa, con las piernas abiertas, veo su culo rojo, ardiendo, ella se estremece cuando siente la palma de mi mano caer sobre sus nalgas desnudas. Ella cuenta cada golpe que le doy, aunque a veces, parece que vaya a perder la cuenta. Me gusta verla estremecerse, convulsionarse de vez en cuando tras la palmada, sé cuanto la excita que le palmee el culo. Se muerde el labio y cuenta de nuevo al sentir el golpe sobre su nalga. Dejó de azotar su culo y entonces lo acaricio, acarició su sexo y ella se agita. Me gusta verla así, me excito, siento como mi pene crece, aumenta de tamaño e incluso me duele por el deseo. Sé que quiere más, pero no habrá más. Esta castigada. Se corrió sin mi permiso y por eso está castigada. Así que dejó de acariciarla y continuo con el castigo, azotando su culo una y otra vez, haciendo que ella se excite. Cuando sé que ya no podrá soportar más, la desato, le hago arrodillarse frente a mí y apunto con mi polla en su boca. Veo como la abre, como toma mi polla y como la lame y la chupetea y eso hace aumentar el tamaño de mi polla. Me encanta esa sensación de su boca sobre mi polla, el calor de su boca, la humedad. Me estremezco y sin remedio me corro dentro de su boca obligándola a tragar mi semen, sujetándola firmemente para que no se aparte. Pero sé que eso le gusta, lo hace y sonríe cuando termina. Entonces la abrazo, le digo lo bien que lo ha hecho y la llevo hasta la cama, donde la abrazo y acaricio suavemente, y entonces  descansamos. 

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