viernes, 20 de noviembre de 2020

ENVIDIA

 

  • Vamos a dar un paseo – me dijo Amo Grey – y quiero que te pongas esto.

Abrí la caja y dentro había una  especie de body hecho de tiras de cuero. Me lo puse, tal y como indicaban las instrucciones, ya que sin ellas, no lo hubiera podido hacer correctamente y mi Amo añadió:

  • Encima sólo llevarás el abrigo.

  • ¿Sólo? ¿Nada más?

  • Sí, nada más.

Me preguntaba que tendría pensado, que quería hacer y dónde quería ir. Obviamente, sabía que aquello me iba a incomodar un poco, y yo sabía que mi Amo me lo había pedido por eso. Para él, saber que me siento incómoda en ciertas circunstancias y aún así yo obedezco, es una manera de mostrarle hasta donde llega mi sumisión y una manera para llevarme hasta mis límites.

Salimos a la calle y dimos un paseo hasta el centro comercial que tenemos bastante cerca. Obviamente, hacía frio, ya sabéis que estos días, hace frío. Así que el frío se colaba por debajo del abrigo, lo que hacía que mi piel se erizara y mis pezones se pusieran tiesos como pitones. Llegamos al centro comercial. Como ya he dicho, yo me sentía un poco incomoda y allí más. Tenía miedo que la gente que caminaba a nuestro alrededor, se diera cuenta que iba desnuda bajo el abrigo. Amo Grey me llevaba cogida de la mano. Me arrastró hasta una de las tiendas de ropa y entramos. Me ordenó que buscara ropa, para disimular, obviamente, y lo hice. Mientras lo hacía, él se mantenía pegado a mí y cuando me entretenía un poco observando alguna prenda, aprovechaba para meter su mano dentro del abrigo y acariciarme. Unas veces mi sexo, otras mis tetas, lo que pudiera a fin de cuentas.


Cuando ya estaba bastante excitada, me ordenó que cogiera un par de prendas y nos dirigimos hacía el probador. Mi corazón empezó a latir fuertemente, estaba claro que lo que pretendía era que hiciéramos algo en el vestidor. Entramos, había algunos probadores ocupados, elegimos uno que estaba vacío. Sólo había una cortina para tapar la puerta, lo que significaba que nos iba a dejar bastante expuestos. Cerramos la cortina y Amo me ordenó:

  • Quítate el abrigo.

Obedecí dejando mi cuerpo desnudo, vestido solo con el body de tiras de cuero.

  • Arrodíllate, y saca mi polla, y luego me la lames lo mejor que puedas.

Sólo oír esa demanda ya me sentí excitada, húmeda. Es curioso, como aún en los momentos y lugares más inverosímiles, una sola orden de él me pone en pie de guerra. Lo hice, me arrodillé, le bajé la cremallera del pantalón y saqué su polla, empecé a lamerla suavemente, mientras Amo Grey colocaba sus manos entre mi pelo y empujaba mi cabeza. Estábamos colocados de tal manera, que podíamos vernos en el espejo del vestidor, lo que hacía la escena aún más excitante. Cada vez estaba más húmeda y más excitada. Llevé mi mano hasta mi sexo para acariciarme, pero en cuanto el Amo se dio cuenta dijo:

  • No, no te toques y sigue chupando zorra.

Uff, esas palabras, toda la situación, saber y pensar que había gente que podía oírnos y quizás adivinar lo que estábamos haciendo, me ponía a mil. Debo reconocer que soy un poco exhibicionistas en ese aspecto. Seguí lamiendo, chupeteando su polla, mientras oía gente que iba y venía en el vestidor, que se probaban ropa, etc.  Amo Grey gemía de vez en cuando, cuando metía toda su polla dentro de mi boca, sobre todo. Y yo también lo hacía a veces. La excitación era cada vez mayor en aquel vestidor. De repente,  me ordenó que me pusiera en pie, me colocó frente al espejo, sin duda iba a follarme y eso aún me excitó más. Guió su pene hacia mi vagina, y me penetró. Sentí como entraba en mi y todo mi cuerpo se estremeció. Temblé. Empezó a bombear, mientras me abrazaba y me decía, observándonos en el espejo.

  • Eres toda una puta, mi puta.

Siguió empujando, follándome, penetrándome, haciéndome suya. Y vernos en el espejo de aquella manera hizo que mi excitación aumentara de tal modo que no tardé mucho en llegar al orgasmo. Le pedí permiso para correrme y aguante lo justo para que me lo concediera y entonces me corrí, estrujando su verga dentro de mí. También él se corrió inmediatamente. Fue un momento maravilloso y poco me importó en ese momento, que nos oyeran.

Terminamos y me puse el abrigo de nuevo. Salimos del vestidor. La dependienta que había a la salida de los vestidores nos miró como si estuviera escandalizada. Pero tanto Amo Grey como yo, pasamos olímpicamente de ella. Para nosotros había sido un momento maravilloso y muy excitante. Saber que alguien había podido oírnos y descubierto lo que hacíamos era excitante, muy excitante. Y reconozco que eso me hace sentir puta, pero me gusta, me gusta sentirme así sobre todo cuando estoy con mi  Amo. Y que la gente que nos rodea sienta cierta envidia, porque estoy segura que más de uno sienten envidia.


martes, 3 de noviembre de 2020

LA ADRENALINA Y LA ENDORFINA

Bendita adrenalina, es como una droga que nos embriaga, nos produce un subidón que nos hace desear más. Al igual que las endorfinas, que también nos producen una sensación de euforia. 


Hoy después de la sesión con Amo Grey, pensaba en ello. Veréis, me ha castigado y me ha sometido a una sesión de azotes. Tras la sesión o quizás también durante ella, me sentía entre feliz y temerosa, temerosa de recibir más golpes, pero a la vez feliz, porque los golpes parecían darme una sensación de calma. Luego venía la euforia, la felicidad. No sé, son sensaciones que me vienen durante y tras la sesión, y a veces se hacen difícil de digerir, pero precisamente esas sensaciones, son las que me hacen desear más, me hacen desear que pase el tiempo para que tengamos una nueva sesión en la que vuelva a sentir esas sensaciones. A veces me siento como borracha o drogada. En realidad, las endorfinas y la adrenalina son como una especie de droga natural que produce nuestro cuerpo en determinadas situaciones. Quizás eso es lo que engancha del BDSM, las sensaciones producidas por la adrenalina y las endorfinas. Según dicen, las endorfinas tienen una estructura muy similar a los opiáceos, o sea, las drogas, es decir, son analgésicos  y estimulan los centros de placer creando situaciones satisfactorias que contribuyen a eliminar el malestar. O sea, que de ahí esa agradable sensación que me sobreviene tras una sesión, y me hace desear que llegue ya la siguiente. 

miércoles, 28 de octubre de 2020

A TI ME ENTREGO

Este texto lo subí en mi antiguo blog, era un mensaje de Amor para Amo Grey. (Bueno, es evidente. ¿no?)




A ti me entrego mi amo, a ti te doy mi placer, mis deseos, mis orgasmo. Son todos tuyos porque en ti confío. Haz conmigo lo que quieras, lo que más te guste, lo que más te plazca, porque a ti me entrego, en cuerpo y alma. Y a ti te entrego mi confianza, mi amor, todo lo que soy. Por que a ti te debo, lo que soy, lo que deseo, lo que me llena y me hace feliz. A ti me entrego mi Amo.

martes, 20 de octubre de 2020

LA SILLA

Siento mis braguitas tan húmedas, y tantas ganas en mi cuerpo de que me poseas, que no sé si seré capaz de soportar más torturas. Llevó ya una par de horas atada a la silla, abierta y excitada como nunca, como siempre. Sabes como me gusta ser tu puta, como me gusta que me tortures, como me gusta sentir que soy tuya. Estar a tu merced y a tu disposición me llena por completo. 


Verdaderamente, creo que la idea de alquilar la casita de la montaña fue una muy buena idea. Los fines de semana allí, son maravillosos, pasamos todos los fines de semana jugando en la casita, sin que nadie nos moleste. Amo Grey como siempre, trata de que experimentemos y vivamos nuevas situaciones, nuevos momentos. Como este de la silla que he empezado a contar. Amo Grey me ató a la silla, con las piernas bien abiertas, desnuda. Primero me acarició por completo, para ir calentándome, luego empezó a pellizcar y tirar de mis pezones. Dolió, porque además tiró fuerte, le gusta hacerlo, tirar fuerte de mis pezones y hacerme gritar. Que le mire con cara de dolor, suplicándole que pare con mis ojos. Luego hizo lo mismo con mis labios vaginales, tiró de ellos haciendo que me dolieran. Y entonces, se alejó un rato, dejándome en la silla, adolorida, pero a la vez excitada. Podía sentir mi sexo húmedo, muy húmedo, cada vez más. Precisamente, a los pocos minutos, Amo Grey se acercó a mí y me dijo: 

- Mira que guarra eres, estás dejando la silla perdida con tus juguitos de puta. 

Pero lo curioso es que esas palabras me excitaron aún más. Amo Grey tenía todos los juguetes dispuestos sobre la mesa del comedor a unos metros de mí y de la silla. Vi como se acercaba a ellos, y elegía uno. El consolador mediano. Lo acercó a mi boca y me ordenó: 

- Chúpalo. 

Obedecí y luego lo llevó hasta mi sexo, y empezó a meterlo en mi sexo, despacio, poco a poco, para luego, sacarlo despacio y poco a poco de nuevo. Estuvo así un minuto hasta que empecé a suplicarle. 

- Señor, por favor. 

- ¿Qué quieres? - me preguntó. 

- Mas deprisa - acerté a decir por fin. 

Pero en lugar de hacerme caso, lo sacó. Dejándome con las ganas. Acarició entonces mi clítoris con un par de dedos y me estremecí. Luego, se alejó de nuevo, se sentó en el sofá que estaba frente a mí y estuvo durante un rato allí sentado, observándome, acariciándose su sexo, que estaba duro y grande o al menos lo parecía, dentro de sus pantalones. Lo sacó y se acercó a mí de nuevo, acercándolo a mi boca y ordenándome: 

- Chupa, puta. 

Abrí la boca y sentí como introducía su polla y empecé a chuparla, a saborearla. Delicioso manjar saboree tan bien como supe, hasta que Amo Grey me ordenó que parara. Se dirigió a la mesa y cogió un consolador. Lo encendió y lo acercó a mi clítoris, y empezó a moverlo, a apretarlo contra mi clítoris, causándome oleadas de placer que me hacían estremecer. Y cuando sentía que estaba cerca del orgasmo, paraba, lo alejaba de mi sexo y me dejaba descansar unos minutos. Hasta que cuando ya no podía más, paró, guardó todos los instrumentos, me desató de la silla y me dijo: 

- Date una ducha fría y vamos a cenar. 

Fin del juego. 

lunes, 12 de octubre de 2020

LA CADENA

Puesto que con esto del Covid, hay muchas actividades que no podemos hacer, no podemos ir al local BDSM, ni podemos reunirnos con demasiada gente. Hace unos días, decidimos alquilar una casita para ir los fines de semana. Es una casita aislada, en un lugar muy bonito, rodeado de arboles. Una casita de madera, no muy grande. Siempre he soñado con tener una casa así, y Amo Grey lo sabía. La vió en un portal inmobiliario y decidió alquilarla. Así que el otro día me llevó. No me dijo nada, pues quería que fuera una sorpresa, sólo me dijo: 

- Haz la maleta para un par de días, tenemos un plan este fin de semana. 

Así que intrigada y emocionada lo hice, preparé la maleta y el viernes por la tarde, a media tarde marchamos hacía la casa. Le pregunté a Amo Grey donde ibamos un para de veces pero no me lo dijo, sólo me dijo que era una sorpresa y que ya lo veía. Cuando llegamos enseguida me enamoré de la casa al verla. Y fué entonces cuando me dijo que la había alquilado para ir los fines de semana y además con opción a compra si así lo decidíamos al terminar el contrato de seis meses que había firmado. Entramos en la casa y como ya he dicho me enamoré nada más verla. No era muy grande, tenía un salón comedor con cocina y  una pequeña chimenea, una habitación y un baño. También tenia una pequeña terrazita a la que se accedía desde la habitación y mucho campo y bosque alrededor. La verdad es que era una lugar encantador y maravilloso y me encantó. 

Dispuestos a pasar el fin de semana allí, primero fuimos al pueblo más cercano a comprar todo lo necesario para cenar y desayunar. Una vez en la casa, hice la cena y tras cenar Amo Grey me dijo: 

- Ponte el corsé que te he dicho que pusieras en la maleta y el collar, tengo algo preparado que seguro te encanta. 

Obedecí y me vestí con el corsé y el collar, me puse unas medias negras y unos zapatos de tacón, nada más. Y salí al salón. 

- Perfecta - dijo Amo Grey al verme. 

Y entonces ví como de su bolsa de deporte sacaba una cadena como las que llevan los perros. Era algo de lo que habíamos hablado varias veces, de que a él le haría ilusión un día, llevarme atada de una cadena, y pasearme por la calle o por el local BDSM con ella. A mi me había parecido una muy buena idea, además de erótica y excitante. Enganchó la cadena en mi collar y tirando dijo: 

- Vamos sumisa Lee, vamos a dar un paseo. 

Vi que llevaba un cepillo de pelo entre las manos, además de algo en los bolsillos del pantalón. Salimos de la casa y tirando él de la cadena, empezamos a caminar por el alrededor de la casa. Ir medio desnuda y guiada por la cadena por "la calle" la verdad es que me excitaba, aunque también me daba miedo que alguien pudiera vernos y descubrirnos. Caminamos un poco, buscando un lugar que no estuviera muy a la vista. Finalmente lo encontramos entre unos cuantos matorrales y arboles. 

- Vamos a ver - empezó a decir Amo Grey mientras acariciaba mis senos con el cepillo por el lado de las cerdas. 

Lo movió por encima de mis pezones, haciendome estremecer, y pegando algunos golpecitos. Luego descendió hasta mi sexo. 

- Abre las piernas - me ordenó y restregó el cepillo por mi sexo, luego dandole la vuelta, restrego el mango por mi sexo. 

- ¿ Quieres que te folle con esto? - me preguntó. 

- No, no Señor - le respondí. 

Luego tirando de la cadena me ordenó: 

- Arrodíllate en el suelo, ponte en cuatro como una perra. 


Obedecí poniéndome en cuatro y entonces, vi que sacaba un vibrador del bolsillo del pantalón. Lo puso en marcha y empezó a restregarlo por mi sexo, haciendo que me estremeciera y excitara. 

- ¿Quieres que te folle como a una perra? - me preguntó, sabiendo, porque habíamos hablado de ello anteriormente, que aquello me causaba cierta humillación. 

- No, Señor 

Movió el vibrador y finalmente lo metió dentro de mí. Me estremecí y empezó a moverlo dentro y fuera diciendo: 

- Mira como te follo con el vibrador, mírate, como te gusta. Eres un perra en celo - dijo. 

Aquellas palabras, como ya he dicho, me hacían sentir humillada, pero a la vez me excitaba. Quería, pero no quería, era una serie de sensaciones encontradas las unas contra las otras. Finalmente Amo Grey sacó el vibrador y se colocó él tras de mí, apoyándose sobre mi espalda, poniéndose en cuatro sobre mi. Se desabrochó el pantalón y sacó su miembro dejándolo descansar en mi entrepierna. Estaba duro y grande. 

- Voy a follarte como una perra - dijo, y lo primero que salió de mi boca fue un:

- No, no.

 Pero en realidad, lo estaba deseando, quería que lo hiciera. Que me follara allí mismo, en aquella posición, como si fuera una perra. Y así lo hizo, metió su polla dentro de mí y me folló. Me hizo suya una vez más, haciendo realidad otra de nuestras fantasias compartidas en la que yo me convertí en su perra. 

 

jueves, 8 de octubre de 2020

TORTURA DE TETAS

A veces a Amo Grey le gusta torturar mis tetas para castigarme, sabe que mis pezones son sensibles y que me gusta que los acaricie y toque, pero también sabe lo que me desagrada que los torture. Así que ayer para castigarme se dedicó a torturarlos. 

Por la noche, antes de meternos en la cama, como siempre me hizo poner el collar, las medias y los tacones y me ató las manos a una cuerda que pendía del marco de la puerta. Mis tetas quedaron a su entera disposición. Primero cogió el flogger y empezó a pegarme sobre ellas, zás, zás, una y otra vez, haciéndome estremecer, cuando las cintas caían sobre mis tetas, sentía un dolor lacerante. No tardaron en aparecer las marcas y en ponerse rojas. Luego, dejando el flogger sobre la cama, se dedicó a tirar de mis pezones, con fuerza, estirándolos y haciéndome gemir. 

- Quiero que recuerdes este castigo mañana - decía mientras tiraba de mis pezones, pellizcándolos con fuerza. Yo gemía adolorida. 


Sabia como pellizcar para que de verdad doliera. Pero el dolor además de molestarme, me excitaba. Era una mezcla de sensaciones, entre dolor y placer. A continuación fue a buscar las pinzas con cadena que tenemos. Y me las puso en los pezones, nada más ponérmelas ya empecé a sentir el dolor. La verdad es que las pinzas en los pezones es lo que menos me gusta y por tanto un castigo perfecto. Cogió la cadena y tiró de ella y el dolor se intensificó. Me tuvo así con las pinzas tirando de mis pezones durante un rato, haciendo que cada vez me dolieran más los pezones. Quería que terminara, que dejara de torturarme de aquella manera. De repente, soltó la cadena, acercó sus labios a los mios y me besó. Luego, quitó las pinzas. Y sentí cierto alivio. Me hizo abrir las piernas y empezó a acariciar mi sexo, mis labios vaginales, mi clítoris. 

- Estas mojada como una buena puta - dijo. 

Y metió un par de dedos, me estremecí al sentirlos y gemí. Luego siguió masturbándome hasta que logró que me corriera en su mano, llenándosela de mis jugos. A continuación, le hice una mamada y se corrió en mi boca. 

Fue un castigo realmente torturador aquel, y además, que aún siento en mi cuerpo, pues aún me duelen los pezones, sobre todo si algo o alguien me los roza sin querer, bueno, no tan sin querer, ya que Amo Grey lo hace de vez en cuando para recordarme que no debo volver a fallarle. 


P.D: Os dejo algunos artículos sobre la tortura de tetas que son bastante educativos y explicativos: 

 https://infobdsm.com/tortura-de-tetas-con-las-manos/

https://cuadernosbdsm.wordpress.com/2014/07/31/256/

https://ideasqueayudan.com/tortura-de-senos-saber-practica-sexual/


lunes, 5 de octubre de 2020

SEXO VEGANO

- Compra una zanahoria bien grande y un pepino pequeño - me dijo la otra tarde Amo Grey cuando le dije que me iba a la compra. 
Sabía perfectamente para que lo quería. Llevaba unos días diciendo que le aburría eso de meterme sólo los consoladores y que quería probar otras cosas. 
Cuando a llegué a casa con ellas, Amo Grey se aseguró de que las pusiera en la nevera. Y luego me dijo que íbamos a tener una sesión vegana. 
Así pues, tras la cena, Amo Grey me mandó que me fuera a la habitación y me desnudara y pusiera el collar y luego fuera a la cocina. En la cocina, él ya había dispuesto todo. Me hizo sentar en la silla, me ató a ella y empezó a dar vueltas a mi alrededor. 
- Bien, ¿Cómo está mi putita hoy? 
- Intrigada - le dije. 
- ¡Uhm eso me gusta! Vamos a ver - cogió la zanahoria y empezó a acariciarme con ella, la cara, descendiendo por mi cuello, pasando con la punta por él, descendiendo y llegando a mis tetas. Pasó la zanahoria por ellas, y luego, acercando su boca, lamió y chupó mis pezones, excitando y haciéndome estremecer. 
Gemí. Siguió bajando con la zanahoria por mi vientre hasta llegar a mi sexo, la pasó por mis labios vaginales, mi clítoris y metió un poco, la punta en mi sexo. Lo justo para que no me emocionara demasiado. 
- ¿Quieres que te folle con la zanahoria? 
-  No, sí- respondí contradiciéndome, pues aunque era una idea atractiva, también me hacía sentir un poco humillada. 
Entonces me desató de la silla, me ató las manos detrás de mi espalda, y me hizo doblar sobre la mesa de la cocina. Mi sexo palpitaba, sediento de su sexo o de cualquier cosa que me llenara. Vi que ponía un condón a la zanahoria y otro al pepino. Acarició mi sexo y luego acercó la zanahoria, yo no podía dejar de jadear, de sentirme excitada. Y entonces, sentí como metía la zanahoria en mi sexo, sentí como entraba, y sentí como mi sexo se contraía alrededor al sentir el frio de la zanahoria. Luego empezó a moverla dentro y fuera, dentro y fuera, mientras yo gemía, y me estremecía. 
- ¡Uhm nena, estás preciosa con la zanahoria metida en tu coño! - dijo Amo Grey, y sacando su móvil me hizo una foto. Luego me la enseñó. 
Era una imagen erótica, pero también me hacía sentir un tanto humillada. Aquel era mi coño y tenía una zanahoria insertada, que además me estaba dando placer. ¿Hay algo más humillante que eso? Supongo que sí, pero en ese momento, para mí eso era lo más humillante que hasta ese momento había sentido. La movió un poco más, hasta que me llevó casi al borde del orgasmo, y entonces la sacó. Cogió el pepino y sentí como lo ponía en la entrada de mi sexo, empezó a empujarlo despacio, pues era un poco más grueso que su polla y que cualquier otra cosa que antes hubiéramos usado.  Lo empujó suavemente y logró que entrara un poco, luego lo fué metiendo despacio. Cuando creyó que ya había suficiente, lo movió dentro y fuera, de nuevo el placer, mi cuerpo convulsionándose, y excitada como estaba,  Amo Grey cogió la zanahoria y la metió en mi culo. Movió ambas cosas un poco, dentro y fuera, haciéndome estremecer, haciéndome sentir el frio de ambas verduras en mis agujeros. Gemí, mis agujeros apretaban las verduras. Podía sentir las convulsiones. Hizo otra foto, luego sacó ambas verduras y me enseñó la foto. 
- Están preciosos tus agujeros con las verduras ¿verdad? 
Gemí, de nuevo me sentí humillada, pero excitada a la vez. El placer aumentó, y entonces Amo Grey, guió su polla hasta mi agujero vaginal, empujó con fuerza y me penetró haciéndome gritar. Tiró de mi pelo, sujetándome de él y empecé a gemir, a sentir su sexo caliente dentro de mí, el placer. Y me folló, me poseyó como sólo él sabe hacer, haciendo que todo mi cuerpo se convulsionara, y llevándome de nuevo hasta un maravilloso orgasmo. 
- Ahora ya puedes decir que has probado el sexo vegano - me dijo Amo Grey cuando me acunó entre sus brazos durante el aftercare. 
Y había sido un sexo vegano maravilloso.
 

jueves, 1 de octubre de 2020

EN EL ESPEJO

- Quiero verme en el espejo mientras me la chupas - me había pedido Amo Grey - Quiero ver como lo haces desde otra perspectiva. 
Sin duda, mi Amo es un poco narcisista. Pero además también tiene un algo de voyeur. Así que allí estaba yo, arrodillada frente a él, con las manos atadas a mi espalda, y su polla en mi boca, mientras la chupaba y disfrutaba de ella. 
Amo Grey, de pie, con los pantalones bajados y aún medio vestido se miraba en el espejo que tenemos en la habitación, o mejor dicho, nos miraba, nos observaba. Se deleitaba en la imagen que le devolvía el espejo. Apretó mi cabeza contra su verga y esta entró aún más en mi boca. Sentí que llegaba casi hasta la campanilla. Traté de aguantar la arcada y finalmente sentí como se corría en mi boca, haciendo que me tragara su leche. 
 

viernes, 25 de septiembre de 2020

CHUPALO

Amo Grey colocó el vibrador en el suelo, fijandolo con la ventosa que tenia y me ordenó: 
- Ahora chúpalo, cómetelo como si fuera mi polla. 
Sabía que aquel juego me haría sentir humillada. Se lo había contado hacía un par de días antes, cuando estábamos viendo una peli porno.  Y supongo que en cuanto se lo dije, pensó que sería un juego divertido. 
Dudé un segundo, pero finalmente lo hice, acerqué mi boca al vibrador y primero lamí el glande suavemente. 
- Vamos puta, métetelo todo dentro de la boca, quiero ver como lo chupas, como lo lames y como disfrutas haciéndolo. 
Todo mi cuerpo se estremeció al oír sus palabras. Y obedecí a pesar del sentimiento de humillación que me embargaba. Lamí la polla de latex y mientras lo hacía sentí como Amo Grey sacudía su flogger sobre mis nalgas desnudas, una, dos, tres veces, haciendo que me excitara. Al cabo de un rato me dijo: 
- Muy bien, lo has hecho muy bien. Ahora puedes desnudarme y comérmela a mí. 
Todo mi cuerpo se estremeció y de nuevo, acercándome a él obedecí. Amo Grey estaba de pie, bajé la cremallera de su pantalón de cuero, saqué su polla y empezó a lamerlo suavemente. Disfruté de aquel momento, de la sensación de su polla en mi boca, de su sabor. Al igual que él. 


 

viernes, 18 de septiembre de 2020

BAJO EL VESTIDO


Me gusta Amo Grey porque siempre me sorprende con algo nuevo, y eso hace que nuestra relación sea sorprendente y que nunca sepa que debo esperar. Y eso lo digo porque no hace muchos dias, se le ocurrió algo que no habíamos hecho antes. 
Nos levantamos por la mañana, me duché y antes de que me vistiera Amo Grey me dijo: 
- Ven aquí preciosa, tengo un nuevo juego para tí hoy. 
Me acerqué hasta él, tenía una cuerda de algodon entre las manos, que parecía bastante larga. 
- Vas a llevar esto debajo del vestido, hoy. Nada más solo esto - me dijo, empezando a enredar las cuerdas alrededor de mi cuerpo. 
Las enredó, por mi torax, por debajo de mis pechos, luego por encima, enmarcandolos, luego descendió hasta mi sexo, haciendome abrir las piernas, enredó la cuerda alrededor de mi sexo enmarcandolo, cuando terminó, me ordenó: 
- Camina hacía la puerta y vuelve. 

Obedecí caminando hacía la puerta y sintiendo como la cuerda rozaba mi sexo produciendome cierto placer. 
- Muy bien ¿cómo se siente? - me preguntó. 
- Un poco molesto pero agradable a la vez también,
- ¿Te excita? 
- Sí, un poco, 
- Bien, vistete. Cuando volvamos por la noche te lo quitaré, 
- Sí Señor. 
Así pues, pasé el día con la cuerda anudada a mi cuerpo, debajo del vestido. Fue un día diferente y peculiar. A ratos me sentía bien, era agradable y me causaba cierto placer, pero a ratos era un tanto insoportable, incluso doloroso sentir las cuerdas rozando mi sexo. Eso sí, me hacían recordar continuamente que aquello era un juego de mi Amo, y que lo hacía porque era suya, porque le gustaba verme sufrir y gozar a partes iguales. 
Cuando volvimos a casa y llegó el momento de quitarme las cuerdas, yo estaba a mil, el roce de la cuerda en mi sexo, el pellizco que me había producido en él, hacia que estuviera sensible y excitada. Amo Grey me preguntó que sentía, que había sentido y se lo conté. Le dije que durante todo el día, me había sentido excitada e incomoda a partes iguales y que sentir el roce de las cuerdas, había hecho que no pudiera dejar de pensar en él y en que era suya. 
- ¿Y ahora como te sientes? 
- Excitada, sensible. 
Rozó mi sexo con sus dedos y me estremecí. 
- Bastante sensible, por lo que veo - señaló. 
- Sí, Señor. 
- ¿Quieres que te folle? - me preguntó. 
- Sí, Señor, me gustaría, si tú quieres. 
Y lo hicimos. Fue muy sensitivo y maravilloso. 

LA PROPUESTA

El post que subo hoy es de Archivo, de mi antiguo blog. De como conocimos a Sir Marlon y su sumisa Anabel, un gran amigo nuestro. 

Tras la sesión que mantuvimos en el local, mientras Amo Grey me desataba, una de los Amos que había estado observando, se acercó a nosotros. Se presentó diciendo:
- Hola, soy Sir Marlon y esta es mi sumisa Anabel.
Me incorporé, mientras Amo Grey los saludaba.
- Verás, he estado observando atentamente la sesión y he visto que sois novatos los dos en esto ¿verdad? - Amo Grey me miró como preguntándose como se habría dado cuenta.
- Sí, llevamos poco tiempo - le respondió - y estamos aprendiendo juntos.
- Bueno, es que quería proponeros algo, si os parece bien, yo podría enseñaros algunas cosas y técnicas. Realiza cursos de BDSM. Tengo una casa en las afueras y podríais asistir a algún taller. Este fin de semana realizaré uno sobre spanking, quizás os interese.
- Podría ser - respondió Amo Grey un poco dudoso, intuí por su mirada que necesitaba que habláramos sobre ello.
- Bien, mira está es la dirección, si os animáis sólo tenéis que llamarme - dijo ofreciéndole una tarjeta a Amo Grey.
- Gracias.
El Amo salió de la mazmorra y nos quedamos a solos Amo Grey y yo. Amo Grey cerró la puerta y me llevó hasta el rincón donde estaba la cama.
Primero estuvimos hablando de las sensaciones, de como nos habíamos sentido durante la sesión y luego me preguntó que me parecía la propuesta que nos había hecho Sir Marlon. Le dije que me parecía bien, que podíamos probar y así aprenderíamos cosas nuevas. Creo que nos ayudará mucho aprender algo de alguien que tiene más experiencia que nosotros y así también vamos haciendo amigos dentro de esta comunidad que cada vez me parece más interesante.

martes, 15 de septiembre de 2020

ATADA

Usando las cuerdas de la mazmorra, esta vez Amo Grey, me ató de otra manera a como lo hace habitualmente. Me hizo inclinar, me ató las manos a la espalda con las esposas y luego, me ato las piernas juntas, dejándome doblada y con el culo listo para él.
- Estas tan hermosa así - dijo acariciando mi culo al terminar de atarme. Luego siguió hablando de las bondades del Bondage y de atar bien a una sumisa para tenerla justo como y donde quieras. Yo le escuchaba, restando expectante y a la espera de sus caricias o sus juegos. Pero esta vez no hubo juego, no hubo azotes ni caricias.
Amo Grey se bajó la cremallera del pantalón, sacó su sexo, y me penetró, me folló durante unos minutos. Y cuando yo empezaba a sentir el placer creciendo se detuvo. Salió de mi y se alejó. Se sentó en el sofá cogió un periódico y se puso a leer, dejándome allí, atada, expuesta. No sé cuanto tiempo estuve allí, atada, inmóvil, con mi culo desnudo y apuntando hacía él. Sólo sé que se levantó varias veces del sillón, que me follaba durante unos minutos, cada vez, los justos para que me excitara pero no llegara nunca al orgasmo, y cuando el ya no podía más, se puso delante de mí, sujetó mi cabeza e introdujo su polla en mi boca y me la folló hasta que se corrió haciendo que me tragara todo su semen. Luego me desató, dejándome sin orgasmo, sin placer y sin liberación. Me dijo que era un castigo, porque no me había puesto el collar al empezar la sesión. Ni siquiera me había dado cuenta.

viernes, 4 de septiembre de 2020

SORPRESA EXCITANTE

Hola, ya hemos vuelto de las vacaciones así que aquí seguimos con nuestra aventuras, reemprendo el blog con un nuevo post de Archivo, sobre ser usada como mueble. 

El otro día, justo un par de días después del fin de semana que pasamos junto a Sir Marlon, Amo Grey me tenía preparada una sorpresa. Me invitó a cenar en su casa, últimamente, eso supone que además me quedaré a pasar la noche allí. 
Me dijo que tenía una sorpresa preparada. Cuando llegamos a su casa yo estaba supernerviosa. Me dijo que tras las cena vendría la sorpresa. Al terminar me ordenó que me desnudara y me pusiera en cuatro frente al sofá del salón. Obedecí y vi que ponía una bandeja bastante grande sobre mi espalda. Y entonces me di cuenta, iba a ser usada como mesita de café. Era una de mis fantasías, así que imaginaros mi alegría y excitación al ver que iba a cumplir esa fantasía. Puso unos vasos y una botella o eso me pareció por el peso. Luego dijo: 
- Espero que no tarden mucho mis invitados. 
Oír aquello me puso más nerviosa de lo que ya estaba. Amo Grey me dio las última indicaciones: 
- No debes moverte, ni siquiera un milimetro pase lo que pase, ya sea te toquen, te acaricien o te rocen, ya que se supone que eres una mesa. Si te mueves lo más mínimo, te castigaré luego. ¿Entendido?
- Si Señor - respondí. 
Tras eso sonó el timbre. Amo Grey fue a abrir la puerta y oí que saludaba: 
- Bienvenidos, pasad. 
- Gracias, vamos perra - era la inconfundible voz de Sir Marlon y supuse, iba con su sumisa. 
Entraron y Amo Grey les pidió que tomaran asiento y les preguntó si deseaban tomar algo. 
- Preciosa mesa - dijo Sir Marlon.
- Sí, es nueva - respondió Amo Grey.
Saber que me estaban mirando, mientras estaba en  aquella posición me excitó. Y entonces noté una mano acariciando mi culo. 
- Es de buen material - dijo Sir Marlon, que aventuró su mano hasta mi sexo y lo acarició suavemente. 
Yo estaba a mil, superexcitada, pero además me empezaban a doler los brazos por el esfuerzo de tener que soportar la bandeja que tenía apoyada en la espalda. También Amo Grey acercó su mano y acarició mis senos diciendo: 
- Si, realmente es de un buen material - tiró de mis pezones y a punto estuve de gemir, pero me contuve. Eso sí, no pude evitar moverme ligeramente lo que provocó un aviso por parte de Amo Grey diciendo - No puedes moverte, puta. 
Traté de mantenerme quieta. El resto de la velada, los dos Amos hablaron entre ellos, sobre sesiones, técnicas de excitación, tortura, etc, mientras yo trataba de mantener la postura sin moverme aunque cada vez se me hacía más difícil pues me dolían las manos al tenerlas apoyadas sobre el suelo. Me moví un par de veces más, siendo reprendida. Y cuando finalmente, Sir Marlon y su sumisa se marcharon, Amo Grey sacó la bandeja de mi espalda, me hizo levantar y llevándome hasta la puerta que separaba el salón del recibidor, me enseño las cadenas que había colgado con unas alcayatas y me dijo:
- Hoy te azotaré aquí, mientras tus brazos penden de las cadenas. 

viernes, 7 de agosto de 2020

NOS VAMOS DE VACACIONES

 Pues eso, en los próximos dias no subiré post, y si lo hago será de tanto en tanto, como mucho una vez a la semana, ya que nos vamos de vacaciones. Os espero a la vuelta. Besos a todos mis lectores. 

lunes, 3 de agosto de 2020

EL TRONO 2

Paso a contar la segunda parte de la entrada que publiqué hace unos dias que podeis leer aquí: https://secresumisa.blogspot.com/2020/07/el-trono.html

Amo Grey se acerca a su bolsa, que ha dejado en una silla a la entrada. Rebusca dentro y saca el Castigador. Sé perfectamente lo que va a hacer. Se acerca a mí, me besa suavemente y luego me pregunta:
- ¿Estás lista?
- Sí, Señor - le respondo.
Se situa a un lado y empieza a azotarme en mis labios vaginales con el castigador. Una, dos, tres veces, yo gimo y me revuelvo con cada golpe. Sé que lo que quiere es que mis labios se hinchen porque así estarán más sensibles cuando me someta a lo que tenga pensado hacer. Los golpes caen uno tras otra, a veces ni siquiera me da tiempo de respirar y recomponerme tras el golpe. Mis labios me duelen cada vez más. Tras haber llegado a los 30 azotes se detiene. Acaricia mis labios, mi sexo, y yo me estremezco.
- Perfecto - murmura.
Vuelve a la bolsa y saca el Majic Wand, se acerca a mí, lo enciende y lo pone sobre mi sexo. Siento la vibración y no tardo en estremecerme, cada vez es más intensa, Amo Grey va subiendo la velocidad, y en poco rato, estoy ya estremeciendome sin remedio, sintiendo la vibración entre mis piernas, el placer que va aumentando, mis gemidos que se expanden por la habitación. Pero justo antes de que llegue al orgasmo Amo Grey detiene el Magic Wand y lo aparta. Ahora acerca su boca a mi sexo y empieza a lamer, a meter su lengua dentro de mí, de nuevo el placer abriendose paso en mi sexo, quiero que chupe más, que lama más, mas fuerte, pero él va lento, a su ritmo, porque sabe que sino me voy a correr. Me tortura con su lentitud y yo suspiro y gimo. Quiero correrme y quiero hacerlo ya, pero él quiere demorar el momento, hacer que esta tortura dure un rato. Se aparta, me pega unas cuantas palmadas sobre mi sexo, para que mis labios vuelvan a hincharse. Ahora pasa un cubito de hielo, creo que ha cogido de la copa de coñac que llevaba. Todo mi cuerpo se estremece. Vuelve a la bolsa y saca las pinzas, me las coloca en los pezones, tira de ellas, y yo gimo, me retuerzo de dolor y me estremezco. Lleva el cepillo de dientes y lo pasa por mis tetas, sin quitar las pinzas, estan tan sensibles que no puedo parar de retorcerme. Baja con el cepillo hasta mi sexo, los pasa por mis labios, mi clítoris y yo no dejo de estremecerme y retorcerme excitada, no puedo más, le suplico:
- Señor, por favor, deja que me corra.
Él no dice nada. Sólo sigue moviendo el cepillo por mi sexo, mis tetas, haciendo que todo mi cuerpo se estremezca. Vuelvo a suplicarle, quiero liberarme, sabe que estoy a mil.
Me penetra con su polla, se mueve dentro y fuera unas cuantas veces, fuerte, deprisa y cuando sabe que me voy a correr, saca su sexo e irremediablemente el siento un orgasmo arruinado. Me convulsiono y gimo presa del placer. Y entonces él me besa, besa mi sexo y luego me desata y me toma en sus brazos. De nuevo la experiencia ha sido intensa, como casi siempre con él. Sabe como llevarme hasta el límite y hacer que todo sea intenso, muy intenso.

lunes, 27 de julio de 2020

AFTERCARE ¿ES NECESARIO?

Bueno, he decidido reestructurar un poco el blog y volver a reeditar los post que tenía en mi antiguo blog en Wordpress. Así están más visibles y accesibles y quien no haya podido leerlos antes puede hacerlos aquí. No estarán en orden cronológico pero creo que eso carece de importancia. Empiezo con un post que creo es importante sobre el Aftercare. 

Como siempre buscando información en los blogs de BDSM que existen por este universo de internet, he encontrado un tema que creo que es interesante. 
El blog era DEBATES BDSM y el tema hablaba sobre el Aftercare, si es necesario o no. Desde mi experiencia y mi punto de vista como sumisa, creo que si, que es totalmente necesario, sobre todo después de una sesión, llamemosle dura, llena de sensaciones donde la sumisa se siente abrumada por todas esas sensaciones que ha tenido, que su Amo le ha provocado. 
El Aftercare es un momento maravilloso y muy intimo entre Amo y Sumisa, para mi es algo mucho más intimo que una sesión, más intimo que el momento del sexo incluso. En ese momento, toda mi atención está concentrada en mi Amo y la suya en mí, en ese momento, él me cuida, se preocupa por mí y yo me siento segura entre sus brazos, con sus cuidados. No sé, las sensaciones que tengo en ese momento son difíciles de explicar para mí. Pero realmente mi Amo y yo alcanzamos una fuerte unión en ese momento. Es un momento en el que no cabe nadie más y no existe nadie más, estamos solos Mi Amo y yo, sintiéndonos, amándonos, siendo el uno parte del otro. Para mí el aftercare es algo básico, necesario y liberador para ambos. 

sábado, 25 de julio de 2020

EL TRONO

- Hoy tengo algo para tí - me dice Amo Grey, cuando llegamos al club.
- ¿Y que es? - le pregunto curiosa.
- Luego lo sabrás - me dice.
Tomamos una copa, él un poco de coñac, yo prefiero un vino blanco. Esos nos achispa y enseguida empezamos a coquetear el uno con él otro. Hasta que Amo Grey, toma las riendas de la situación y cogiéndome de la mano me lleva hasta la mazmorra que alquilamos de vez en cuando para jugar.
- Cierra los ojos - me dice antes de que entremos.
Obedezco y entramos. Él me lleva y me dirige. Nos paramos, calculo que debemos estar en medio de la sala, aunque en realidad, soy muy mala para orientarme cuando voy a ciegas.
- Abre los ojos.
De nuevo obedezco y frente a mí veo una silla que más que una silla parece un trono. Es de madera hermosamente tallada. Y el asiento y el respaldo de terciopelo rojo.
- ¿Qué es esto? - le pregunto sin entender demasiado bien para que nos va a servir.
- Se llama el trono de la puta. Y obviamente, la puta será tú. Así que este es tu trono - Me explica.
- Y ¿Cómo se supone que debemos usarlo? - le pregunto.
- Hoy estás muy preguntona. Desnúdate - me ordenó.
Obedecí y me desnudé.
- Ahora siéntate sobre la silla.
Lo hice. Y entonces Amo Grey, tomó mis piernas y me las abrió colocando cada una de ellas por encima de los brazos de la silla. Sacó una cuerda y me las ató por los tobillos, pasando la cuerda por debajo de la silla, de modo que mis piernas quedaron abiertas y no podía cerrarlas. Después, cogió mis brazos, saco otra cuerda, esta vez una más pequeña y me ató los brazos por detrás del respaldo de la silla. Estaba abierta y totalmente expuesta para él.
- Bien, ahora ya puedo jugar con mi puta - declaró, haciendo que me estremeciera. ¿Qué juegos habría ideado para mí Amo Grey?

viernes, 24 de julio de 2020

EL CAMBIO DE MARCHAS

Me encanta ver como Sumisa Lee se masturba, es algo sublime y sé que, además a ella eso le da un poco de reparo, no le gusta que la mire, porque para ella es un acto muy íntimo. Por eso el otro día en que cometió un pequeño error, no se me ocurrió mejor idea que perdirle que lo hiciera. Pero no en cualquier lugar, ni en cualquier momento. Estábamos en el coche, cuando se me ocurrió la idea. Acababamos de llegar de una cena con unos amigos, y estábamos en el parking de nuestro edificio, era tarde, más allá de la una de la madrugada. Yo sabía que mi sumisa no llevaba ropa interior, pues es una de sus normas, siempre que salimos debe ir sin ropa interior debajo. Iba a salir del coche cuando la detuve diciéndole:
-Antes de que salgas del coche, tienes un castigo que realizar. 
- ¿Aquí, ahora? - me preguntó extrañada. 
- Sí, ahora y aquí. Quiero que te masturbes con el cambio de marchas. 
- ¿Quéee? - dijo sorprendida, mientras yo sacaba un condón de mi bolsillo y lo ponia sobre la palanca de cambio. 
Me puse en el asiento trasero del coche, dándole espacio para que pudiera acomodarse en la parte delantera. Vi como se subía el vestido, y como se colocaba frente a la palanca de cambios. Me miró con cierto desaire, haciendo evidente que aquello no le gustaba ni en lo más mínimo. Pero me obedeció, se rozó ligeramente primero contra la palanca, hizo que esta rozara su clítoris y vi como, tanto su sexo como la palanca empezaban a humedecerse. 
- Muy bien, lo estás haciendo muy bien putita. 
Supongo que por el roce, o porque realmente la situación le excitaba empezó a gemir y a rozarse más rápido sobre la palanca de cambios. 
- Métetela dentro - la animé. 
- No, Señor - dijo ella, poniéndose roja como un tomate. Realmente la situación le incomodaba y avergonzaba. 
- Haz lo que te digo o subiremos a casa por las escaleras, y tendrás que ir desnuda y atada a la correa - la amenacé. Cosa que funcionó ya que se deslizó sobre ella, haciendo que la empuñadura entrara dentro de su mojadito sexo.
Aquello hizo que mi pajarito despertara, aunque ya llevaba un rato un tanto revolucionado. Entonces, Sumisa Lee me miró a los ojos y como si eso le hubiera dado fuerza, empezó a moverse encima de ella, haciendo que la empuñadura entrara y saliera de ella, follandola. No tardó en empezar a gemir y sentir placer. Lo veía en su expresión y sabía que si seguía follandose con la palanca, acabaría corriéndose, así que le dije: 
- Basta. Ven aquí.
Yo estaba duro como una piedra. Me desabroché el pantalón, saqué mi polla y tiré de mi sumisa hacía mí, sentándola sobre mi verga. Gritó cuando entré en ella, y luego se dejó llevar, ella sabe muy bien, que me gusta ser yo quien controle, así que la sujeté fuerte, abrazándola y empujé fuerte una y otra vez hasta que tanto ella como yo alcanzamos el orgasmo. Tras eso, nos fundimos en besos y abrazos y nos quedamos abrazados un rato. Hasta que me di cuenta de que Lee se estaba durmiendo, así que la desperté y subimos a casa. 




miércoles, 8 de julio de 2020

ORGULLOSO DE MI SUMISA

Acaricio su cuerpo suavemente, de abajo a arriba, moviendo mis manos por sus caderas, su culo, luego sus tetas; mientras ella está atada del marco de la puerta. Lleva los ojos vendados, no puede ver nada, sólo sentir mis manos sobre su cuerpo. Tampoco puede decir gran cosa, hoy por primera vez, le he puesto un gag en la boca. Aún así oigo un suave gemido cuando paso mi mano cerca de su sexo. Es estremece bajo mis manos. Me alejo de ella, en busca de la fusta y siento como suspira por la decepción. Vuelvo a su lado, y paso suavemente la fusta por sus tetas, alrededor de sus pezones y ella es estremece, es una de sus zonas más sensibles, quizás por eso, primero le pego suavemente sobre ellos y luego un poco más fuerte. Lee se retuerce. Le pego suaves golpecitos sobre sus tetas, y poco a poco voy incrementando la fuerza de los golpes hasta que consigo que gima y se retuerza por el dolor. Desciendo con la fusta hasta su sexo. Y de nuevo, allí, le azoto, una vez y otra y otra, tratando de azotar sus labios vaginales, haciendo que se hinchen, me gusta que estén hinchados cuando la follo, porque así están más sensibles y le será casi imposible reprimir el orgasmo cuando se acerque. Dejo de azotarla entre las piernas y compruebo, acariciándola que sus labios estén lo suficientemente hinchados. Siento la emoción en sus gemidos, en sus movimientos. Introduzco un dedo en su vagina, luego otro, y los muevo, dentro y fuera. Su respiración se acelera, jadea. Cuando los saco deja de estremecerse. Me pongo un condón. Ella gime cuando siente mi sexo acariciando sus labios vaginales. Y entonces, la penetro, de modo improviso, sin que ella se lo espere. Gime, se retuerce excitada. Empujo, una, dos, tres veces, cada vez más rápido y fuerte y no tardo en correrme, y entonces me retiro justo antes de que mi querida Lee llegue a su orgasmo. La beso, la desato y le quito la venda de los ojos y el gag, diciendole:
- Muy bien, querida, lo has hecho muy bien.
Me siento orgulloso de mis sumisa.

sábado, 4 de julio de 2020

INSPECCIÓN

- Inspección señorita - me anunció Amo Grey a primera hora de la mañana, justo después de que me duchara y vistiera para ir a trabajar.
Suele hacerlo cada x tiempo esto de inspeccionar, es decir, comprobar si mi sexo está bien depilado, si hoy me he puesto la ropa correcta que a él le gusta, etc.
Él como siempre que toca inspección, me esperaba en el sofá del salón, perfectamente vestido con su traje y corbata, listo para ir a trabajar.
Me presenté ante él, sin la falda, sólo con medias, y la ropa interior, bueno en realidad, sólo el sujetador y liguero, ya que como sabéis, casi nunca o muy pocas veces llevo braguitas. Amo observó detenidamente y me dijo:
- Te toca ya depilación, pide cita para esta tarde - me dice.
- Sí, Señor.
- Ven aquí - me insta para que me acerque a él.
Obedezco y me situo entre sus piernas. Me mira y sin quitar sus ojos de mi vista siento como mete un par de dedos entre mis piernas, las abro un poco mientras él acaricia, moja sus dedos en mi humedad y luego los mete dentro, y gimo, sin apartar su vista de la mía, mueve sus dedos dentro y fuera de mí, una, dos, tres veces. Jadeo, me gusta, me excita. Finalmente saca sus dedos de mí, y sin dejar de mirarme los lame, los chupa, saboreando mis jugos. Se pone en pie frente a mí, sin dejar de mirarme a los ojos, pasa sus dedos por mis labios, esos que ha metido dentro de mí y luego a chupado, mientras dice:
- Eres deliciosa. Vistete, nos vamos en cinco minutos.
Me besa suavemente en los labios y se aleja hacía la cocina. Yo vuelvo a la habitación, estoy tan excitada que me siento tentada de acostarme sobre la cama y masturbarme, pero enseguida oído su voz desde la puerta que me dice:
- Ni se te ocurra, vístete y vámonos ya.
A veces me conoce más de lo que me conozco yo a mi misma y me sorprende adivinando lo que pienso. Pero eso le hace más atractivo para mí.

martes, 30 de junio de 2020

ARDIENDO

Estoy ardiendo. Amo Grey y yo llegamos a casa después de un duro día de trabajo en la oficina. Pero no ha sido sólo duro por el trabajo. También el hecho de que Amo Grey me castigara por haber hecho mal un trabajo y me haya mantenido excitada todo el día, aún lo ha hecho más duro. Llegamos a casa y yo estoy ardiendo, deseando que me folle o haga algo y él lo sabe, pues llevo todo el viaje, rozándome contra él, besándolo, sobándolo.
Mientras abre la puerta me dice susurrando:
- ¿Estás ansiosa por un poco de polla, verdad?
- Sí, Señor.
Entramos en casa, él cierra la puerta tras de si. Dejamos la chaquetas en el armario del recibidor y luego, me coge de la mano y me lleva hasta el salón. Allí, me lleva hasta la mesa, me tumba sobre ella, me sube el vestido dejando mi sexo a su vista, mete su mano entre mis piernas justo en el mismo instante que me ordena:
- Abre un poco las piernas.
Obedezco y le dejo hacer. Estamos los dos vestidos y eso me excita mucho, y él lo sabe. Siento sus dedos suaves hurgando entre los pliegues de mi sexo, buscando mi clítoris y cuando lo halla, lo acaricia trazando suaves círculos sobre él. No tardo en empezar a gemir y estremecerme de placer. Cuando estoy casi a punto de correrme, Amo Grey se detiene, y me dice:
- Anda, ve y desnúdate y me esperas en la habitación desnuda y en posición de espera.
Obedezco, excitada como nunca. Me desnudo. Me pongo sobre el suelo de rodillas, con las piernas abiertas y las manos sobre mis rodillas. Al cabo de unos minutos aparece él.
- Bien, srta. Dime que harías por conseguir un orgasmo - me preguntó.
- Cualquier cosa, Señor.
- ¿Incluso rozarte contra la punta de mi zapato? - me preguntó acercandola a mi sexo.
- Sí, Señor.
- Pues hazlo - me ordenó, sabiendo cuando me gusta y la vez me disgusta hacer algo así.
Empecé a rozarme contra la punta de su zapato, buscando la posición correcta y en cuanto lo conseguí, empecé a sentir el placer que me producia. Tenía los ojos cerrados, tratando de concentrarme y de no verme en aquella posición tan comprometida, pues me daba verguenza.
- Abre los ojos y mírame. - Me ordenó Amo Grey. Obedecí abriendo los ojos, mientras seguia rozándome contra la punta de su zapato. Estaba apunto de correrme ya, cuando Amo Grey, que controlaba muy bien los tiempos me ordenó nuevamente:
- Para, y apártate.
Lo hice, justo en el momento en que estaba a punto de correrme y de nuevo, como a Amo Grey le gusta, tuve un orgasmo arruinado. Gemí y me convulsioné, pero la decepción se apoderó de mí y un par de lágrimas cayeron por mis mejillas. Eran lágrimas de frustración. Amo Grey me dijo entonces:
- Muy bien, lo has hecho muy bien  - y me abrazó contra él, cogiéndome luego en brazos y dejándome sobre la cama, se acurrucó a mi lado y me abrazó.

jueves, 25 de junio de 2020

PUEDES CORRERTE

Oigo sus pasos a mi alrededor, me preguntó que hace, que piensa. Estoy de rodillas junto a la cama, con mi cabeza y mi tronco apoyada sobre ella, las manos atadas a la espalda y una venda en los ojos.
De nuevo, desnuda, de nuevo, expectante. Se detiene, está junto a mí, lo intuyo. Y me estremezco al sentir su caricia sobre mi culo.
- Dime, ¿Cuántos días llevas sin correrte? - me pregunta.
Aclaro mi voz y respondó:
- Diez, Señor.
- ¿Y quieres hacerlo, deseas correrte, liberarte?
- Sí, Señor.
Sigue acariciando mi culo y repentinamente, siento su mano sobre mi sexo, acariciando mis labios vaginales, me estremezco, quiero más y él lo sabe. Siento como introduce uno de sus dedos en mi vagina, gimo, suspiró. Lo mueve dentro y fuera, dentro y fuera y luego lo saca. Un suspiro de decepción llena la habitación. Oigo como de nuevo, camina por la habitación, y de repente, sin que lo espere, ¡zas! deja caer el flogger sobre mis nalgas, una, dos, tres veces. Ahora grito, me estremezco. Las sensaciones se mezclan en mi sexo.
- Señor, por favor - gimo.
- ¿Qué quieres, puta?
- Quiero correrme, Señor, por favor - le suplico.
Y vuelve de nuevo a acariciar mi sexo, mete sus dedos dentro de mí, esta vez son dos. Los mueve fuerte, rápido dentro de mí. Luego los saca. ¡Oh, esto es decepcionante, desesperante! Me estremezco una, dos, tres veces.
- ¿Quieres más, verdad, putita?
- Sí, Señor, si.
Se pone tras de mí. Se arrodilla detrás de mí, no puedo creerlo y entonces, zás, en un rápido movimiento me penetra con su polla. Se mueve dentro y fuera, dentro y fuera, una, dos, tres, cuatro veces y cuando sabe que estoy a punto de correrme saca su polla de mi. Gimo decepcionada. Mi sexo se convulsiona una, dos, tres veces. No sé si podré aguantar mucho más. Se levanta y de nuevo, camina a mi alrededor. Yo me tranquilizo, trató de poner mi mente en blanco para no dejarme ir. Suspiro, busco la tranquilidad. Y cuando por fin logro aquietar mi cuerpo y mi mente, de nuevo se arrodilla tras de mí y de nuevo me penetra, me folla, y me ordena:
- Córrete puta, puedes correrte, vamos.
Me folla fuerte, empuja una, dos, tres veces, con mucha fuerte, haciendo que mi cuerpo se balancee hacía adelante y mi pelvis choque contra el borde del colchón y finalmente, me corro. Gimiendo, gritando desesperada de placer. Él también se corre sólo unos segundos después y cuando ambos terminamos desata las manos, me quita la venda de los ojos, me deja sobre la cama y se acurruca tras de mí acariciándome, diciéndome:
- Ya está princesa, ya está, lo has hecho muy bien.
Y cierro los ojos. Me gusta esa dualidad que tiene. A veces puede ser tan duro y al segundo siguiente tan dulce. Su voz me tranquiliza entonces y caigo rendida en un sueño profundo.

sábado, 20 de junio de 2020

PREPARANDO EL TERRENO

No suele pasar mucho, y con todo esto de la pandemia, hacía bastante tiempo que no sucedía, ya que hasta la semana pasada habíamos estado trabajando en casa. Pero ahora que ya volvemos a trabajar en la oficina, el otro día me llamó a su despacho.
- Este documento está mal, muy mal - me dijo mientras se acercaba a la puerta y la cerraba con llave.
Ya nada más ver que cerraba con llave, me di cuenta de lo que se avecinaba.
- Levántate, dóblate sobre la  mesa. Voy a castigarte.
- Pero Señor - traté de protestar.
- Haz lo que te digo y sin protestar, puta.
Al oír esa palabra mi sexo se estremeció. Me levanté y obedecí colocándome como me había indicado.
Se acercó a mí, y me subió la falda hasta la cintura, dejando mi culo al descubierto. No sé si alguna vez lo he dicho, pero generalmente o no llevo ropa interior o llevo tanga, aquel día llevaba un tanga que él me había hecho poner. Creo que nada más despertar ya tenía planeado lo que estaba sucediendo en ese momento. Acarició mi culo, luego vi que cogía un dossier que tenía junto al ordenador. Lo enrolló lo más fuerte y bien que pudo y ¡zas! empezó a azotarme con él, una, dos, tres, cuatro, y así hasta llegar a veinte azotes. Entonces se detuvo. Sentí mi culo escociendo. Suspiré, se situó al otro lado y siguió con 20 azotes más. Soltó el dossier de nuevo sobre la mesa. Acarició mi culo, metió su dedo por dentro del tanga y acarició mi vagina, que estaba húmeda.
- Bien . oí que decía satisfecho - levántate y vuelve a tu sitio, y repites el documento, sin faltas y perfectamente redactado ¿entendido?
- Sí, Señor.
Volví a mi mesa, y al sentarme en la silla sentí que el culo me dolía y como mi humedad mojaba la falda. Estaba segura que por la noche cuando volviéramos a casa, íbamos a tener una sesión de alto voltaje.

martes, 16 de junio de 2020

LA BANQUETA

Me había portado mal, otra vez un orgasmo sin permiso de mi Amo.
- Ven aquí - me ordenó con voz firme.
Obedecí, acercándome a él. Estábamos en la cocina, mi corazón empezó a latir fuertemente, mi sexo se humedeció y suspiré nerviosa.
- Inclínate sobre la banqueta - me ordenó.
(En la cocina tenemos una pequeña barra para comer y un par de banquetas altas) Me incliné sobre la banqueta y él me ató las manos en la barra que hay a medio pie de la banqueta. Sentí mi sexo palpitar expectante. Sentí su mano acariciar suavemente mis nalgas, y de nuevo, me ordenó:
- Abre bien las piernas, putita.
Obedecí. Estaba cada vez más excitada y expectante ante lo que intuía que se avecinaba. Y ¡zas! soltó la primera de sus palmadas sobre mi culo. Un ¡Ay! que no pude controlar, escapó de mi boca. Cogió una paleta de madera y empezó a usarla, los golpes cayeron uno tras otro, haciéndome estremecer. Mi culo se iba enrojeciendo poco a poco, cada vez y con cada golpe me dolía mas. Y en el último no pude evitar gemir nuevamente. Me desató, y me ordenó:
- Ahora ve a la habitación, y me esperas desnuda sobre la cama con las piernas abiertas.
Lo hice. Y cuando él llegó, venía con un consolador en las manos. Lo colocó entre mis piernas, lo sujetó con unas cuerdas de modo que estuviera seguro que no iba a salirse de mí y finalmente me dijo:
- Ahora vamos a dormir.
Obviamente me costó dormirme, pues sentir el consolador dentro de mí y las cuerdas apretando mi cuerpo me incomodaba un poco, y más cuando me movía para buscar la posición adecuada para dormir.
No puedo negar que fue una mala noche aquella, me desperté varias veces por la incomodidad y el deseo que me causaba el consolador dentro de mi. Por la mañana al despertar, Amo Grey me preguntó como había ido la noche, le dije la verdad, que no muy bien, y que no había podido descansar muy bien. Y me dijo:
- Entonces tendremos que utilizar este castigo con más frecuencia.
Luego, sacó el consolador, dejó que me duchara y nos fuimos a trabajar. Obviamente y eso no hacía falta que me lo dijera, iba a tenerme por lo menos unos días o incluso unas semanas, sin que pudiera correrme, pero excitada durante todo el día, estaba segura.

viernes, 12 de junio de 2020

HIGIENE ANTE TODO

En estos tiempos de pandemia, se hace hincapié a que la higiene es fundamental para evitar el COVID-19, bien, pues en el BDSM (y en el sexo en general también) la higiene es fundamental.
Así pues, vamos a hablar de higiene, de como limpiar los aparatos que utilizamos.
Los vibradores, consoladores, o cualquier objeto que vayamos a introducir en el cuerpo de nuestra sumis@, deben estar siempre limpios, por lo que tanto antes como después de usarlos, los limpiaremos con agua y jabón y luego los secaremos y los guardaremos en una bolsa. Las paletas, floggers, látigos, etc también se deben limpiar, aunque al ser de madera o cuero no se pueden limpiar con agua y jabón, pero si se pueden limpiar con alcohol o gel higienizante hidro-alcohólico.
La higiene y limpieza es fundamental para evitar infecciones sobre todo. A veces, cuando usamos un vibrador o consolador, también podemos usarlo poniendo un condon sobre él, es otra manera de protegernos de manera higiénica. Así que como digo, lo importante es la limpieza e higiene.

martes, 9 de junio de 2020

JUEGOS DE PLACER

A veces no hace falta tener aparatos extraños, ni  maquinas imposibles para practicar el BDSM y para atar a una persona y jugar con ella. El BDSM también se puede hacer con objetos cotidianos que a veces dan mucho juego. Por ejemplo, una simple silla puede dar mucho juego.
Imaginemos, tu Amo quiere atarte y follarte, pero como he dicho, no tiene cepo, no tiene caballete, pero tiene sillas, mesas, sillones, la cama, etc. Así que hoy ha decidido que con una silla, un vibrador y poco más, te va a someter a uno de sus juegos. Te hace sentar en la silla te ata a ella, las manos en la espalda, tras el respaldo de la silla, las piernas bien abiertas a las patas de la silla. Estás a su entera disposición, así que enciende el vibrador y durante un rato te tortura con él, haciendo que tengas varios orgasmos. Por ejemplo, luego te hace chuparle la polla, te desata y te pone de rodillas sobre la silla, apoyándote en el respaldo y te folla.
Si por ejemplo, hoy ha decidido usar el sofá, te hace poner de rodillas sobre él, apoyando tu torso sobre el respaldo, dándole la espalda, o mejor dicho, el culo a él. Te ata los brazos, ya sea a la espalda o por encima de tu cabeza, te tortura con el vibrador, te masturba con sus propias manos y finalmente te folla.
Otro día utilizará la mesa, atándote boca abajo a las patas de la misma. Y de nuevo, torturas, masturbación, vibradores, y follarte hasta que acabes rendida tras varios orgasmos.
Como digo, los objetos cotidianos dan mucho juego. También se pueden usar, velas como consoladores, eso sí, envolviéndolas con condones, o destornilladores, usando la parte del mango, o el mango del plumero de polvo, etc. Como ya digo, siempre envueltos con un condón para mantener las medidas de higiene. En fin, hay que utilizar la imaginación, pero seguro que si observas a tu alrededor hay más de un objeto que puedes utilizar en tus juegos como juguete de placer.

lunes, 18 de mayo de 2020

EN EL CABALLETE

Bueno, el otro día no lo expliqué porque me olvidé, pero en la mazmorra también tenemos un caballete, al que Amo Grey me ata, para someterme a sesiones de spank.
Recuerdo el primer día que lo usamos, fue algo maravilloso y novedoso, muy satisfactorio para ambos, porque además de la sesión de spank al final, terminó follándome.
Bien, me hizo doblar sobe el caballete y ató las munequeras de cuero a unas cadenas que hay en las patas del caballete, y luego mis piernas abiertas también las ató a las otras patas del caballete. Estaba totalmente abierta y a su disposición. Empezó acariciándome suavemente el culo, las piernas. A continuación empezó a pegarme con la mano en las nalgas. Primero suavemente, después un poco más rápida y fuertemente. A continuación, cogió un flogger y empezó a azotarme en el culo, primero no muy fuerte y luego un poco más fuerte, haciendo que poco a poco mi culo se calentara y empezara a sentirme excitada. Empecé a gemir excitada, sentía mi coño cada vez más húmedo y no tarde en estremecerme. Dejó el flogger a un lado y siguió acariciando mi sexo, metiendo un dedo dentro de mi vagina, moviéndolo dentro y fuera, mientras con la otra mano, me pegaba en las nalgas. Yo gemia sin parar, no podía evitarlo, cada vez estaba más excitada, me dolia el coño del deseo que sentía. Quería más. Cuando veía que estaba a punto de correrme, sacaba sus dedos de mí y me acariciaba suavemente, sabiendo que eso hacía que la excitación disminuyera. Oí que se bajaba la cremallera del pantalón que llevaba puesto, pues hasta aquel momento había estado vestido. Y entonces, situándose tras de mí, guió su verga hasta mi vagina, la humedeció con mis jugos y me penetró. Empezó a moverse, dentro y fuera, dentro y fuera, logrando que de nuevo, llegara hasta el borde del orgasmo unas cuantas veces, y cada vez que él sabía que estaba a punto de correrme, sacaba su polla de mi, para meterla de nuevo, luego, unos minutos más tarde, cuando yo ya me había calmado. Pero la última vez justo en el momento en que sacaba su sexo de mí, yo me corrí irremediablemente, gimiendo de placer. Tras eso, llevó su polla hasta mi boca y me hizo chupársela, hasta que también él se corrió. Fue una sesión maravillosa aunque terminara con un orgasmo arruinado por mi parte. Aunque creo que a Amo Grey le encanta cuando logra que tenga uno de esos orgasmos.

viernes, 8 de mayo de 2020

SESIÓN INTENSA

- Vamos a la habitación - me ordena Amo Grey.
Completamente desnuda, con el collar y con unas muñequeras de cuero que él mismo me ha puesto obedezco dirigiéndome a la habitación de juegos.
Es una de las tres habitaciones que tenemos en el piso y que durante este confinamiento hemos estado habilitando como mazmorra. Hemos puesto algunas cadenas en la pared, una silla, una mesa. La silla de Berkley que compramos justo antes del confinamiento, y el cepo que tanto me gusta.
Una en la habitación, Amo Grey coge un pañuelo y me tapa los ojos con él. Ahora no puedo ver nada, debo ser guiada por él hasta las cadenas de la pared. Ahora él tiene el control absoluto sobre la situación y sobre mí. Me sujeta las muñecas a las cadenas que penden de la pared, de modo que mis brazos quedan elevados. Amo Grey va vestido con un pantalón tejano y una camiseta, empieza acariciando mi culo suavemente, luego mis piernas y así durante unos minutos, hasta que empieza a alternar las caricias con palmadas en el culo, haciéndome estremecer. Me sigue pegando, logrando que mis nalgas se enrojezcan y alternando las zurras con caricias, y algún beso en la boca. Se roza contra mi pierna, para que sienta su erección. Me hace abrir las piernas y me pega entre las piernas, mi excitación va en aumento. Acaricia mi sexo suavemente, introduce un dedo, luego otro; los saca y sigue azotándome en el culo. Cuando estoy ya bastante excitada, me hace girar y me pone de espaldas a la pared. Acaricia mi cuerpo de nuevo, me pone una ball-gag en la boca. Así que a partir de ahora no puedo hablar, ni gritar. Acaricia todo mi cuerpo suavemente, y finalmente, mueve sus dedos hasta mi clítoris y empieza a acariciarlo, a trazar circulos sobre él. Gimo excitada. Me gusta lo que me está haciendo. Se detiene, asciende acariciando mi cuerpo hasta mis senos, pellizca y tira de mi pezones haciéndome gemir de dolor. Los estira y siento que los atrapa con algo, duele, son unas pinzas para pezones. El dolor se intensifica. Tira de las pinzas y gimoteo. Luego, me acaricia y vuelve de nuevo a acariciar mi clítoris. Al sentir el placer de esa caricia, parece que el dolor de los pezones disminuye. Aparta sus manos de mí, y oigo un zumbido, tiene un vibrador. No tardo en sentirlo sobre mi clítoris. Lo mueve por mi sexo suavemente, haciéndome estremecer. Luego lo pasa por encima de las pinzas, en mis pezones y la sensación es extraña y maravillosa a la vez. Mueve el vibrador por todo mi cuerpo, arriba y abajo, acercándolo de vez en cuando a las pinzas y haciendo que estas vibren. Mientras mantiene el vibrador sobre una de las pinzas, con la otra mano, me acaricia el sexo sin parar
Estoy cada vez más excitada y completamente segura de que mi sexo chorrea como nunca. Mueve el vibrador de nuevo hasta mi sexo y lo sitúa sobre mi clítoris, lo deja ahí durante un rato, en que no puedo evitar estremecerme y gemir del placer que me causa. Y entonces introduce un dedo, lo mueve dentro y fuera de mí al ritmo que mueve también el vibrador sobre mi clítoris, gimo, cada vez estoy más excitada, el placer va aumentando mientras él mueve ambas cosas sobre mi sexo, el vibrador y el dedo. Gimo cada vez más fuerte, siento que poco a poco me voy acercando al orgasmo y el sigue. Y efectivamente, entre gritos y gemidos de placer me corro mientras él no para de mover ambas cosas sobre mi sexo. Pero al finalizar, cuando mis gemidos y todo mi cuerpo se calma, en lugar de detenerse como yo pensaba que haría, sigue moviendo el vibrador sobre mi sexo, y metiendo el dedo dentro de mí, sigo de nuevo gimiendo, excitada, me conoce y sabe que si mantiene el ritmo logrará que me corra otra vez y efectivamente no tardo demasiado en tener un nuevo orgasmo esta vez, si cabe, más fuerte e intenso que el anterior, de modo que al terminar, me quedo derrengada, extasiada pendiendo de las cadenas de la pared. Mis piernas ya no me sostienen, el placer ha sido realmente intenso. Me sujeta fuerte, me desata y cogiéndome en brazos, me lleva hasta la cama. Donde me quita la venda de los ojos y la gag-ball.
- Ha sido intenso, ¿eh, preciosa?
- Sí, Señor - le respondo casi sin fuerzas. Quiero abandonarme sobre la cama, cerrar los ojos y descansar.

miércoles, 22 de abril de 2020

LA SILLA DE BERKLEY

- Ponte el vestido negro transparente, sin ropa interior debajo, obviamente - me ordenó Amo Grey.
Es un vestido negro, semitransparente, que me regaló él hace unos meses. Me lo puse, mientras él lo preparaba todo. También me puse las medias negras y los zapatos de tacón, pues a él le gustan mucho.
Cuando ya estuve lista, se lo dije y me autorizó a que saliera de la habitación, pues ya todo estaba listo en el salón. Al llegar, vi que había puesto la silla de Berkley en medio del salón, con el cepo al final de esta.
- Bien, enséñame lo que sabes hacer - me dijo, poniendo un poco de música.
Bailé un poco al ritmo de la música, mientras él, que llevaba unos tejanos y una camiseta, se quitaba la camiseta. Luego, me ordenó que me pusiera sobre la silla.
Me coloqué sobre la silla, y él me ató a esta. Luego coloqué mi cabeza y mis manos en el cepo, quedando atrapada a este. Amo Grey, acarició mi cara, metió uno de sus dedos en mi boca y se lo chupé. Luego se situó tras de mí, y subió mi vestido, dejando mi culo al descubierto, que acarició suavemente. Vi que sacaba el flogger de la bolsa de juguetes y no tardó en empezar a azotarme con él. Primero fue suavemente, después y luego poco a poco fue aumentando la fuerza, de modo, que cada vez sentía más los golpes y por tanto el escozor en mi culo. Sentía como se estaba poniendo rojo, ya que sentía que me quemaba. Pero eso hacía también que me excitara. Cuando se dio cuenta que ya estaba bastante excitada, sentí que primero acariciaba suavemente mi culo, luego llevó sus dedos hasta mi sexo y empezó a acariciarlo suavemente, haciendo que me excitara aún más. Sentí que se alejaba de mi, pero oia ruido, por lo que aunque no podía verle, porque tenía la cabeza metida en el cepo, supe que estaba allí. Se acercó de nuevo a mí, se metió entre mis piernas y noté que rozaba mi sexo con el suyo, sin duda iba a follarme. Todo mi cuerpo se estremeció al sentirle. Empezó a moverse despacio, sujetándome por las caderas y luego poco a poco fue aumentando el ritmo, haciendo que gimiera y que el placer fuera aumentando poco a poco, hasta que me corrí. Luego siguió empujando, metiendo y sacando su polla de mí, hasta que también él se corrió. Y entonces, me sacó del cepo, me desató de la silla y cogiéndome en brazos me llevó hasta la cama. Donde me tuvo un rato, abrazada, dándome besos. Fue una experiencia maravillosa pero a la vez muy tierna. Hacía días que no usábamos el cepo y nunca antes lo habíamos usado con la silla de Berkley. Él sabe cuando me gusta el cepo, y a él le encanta que usemos las silla de Berkley así que supongo que pensó que sería una buena idea usarlos a la vez y realmente fue una de las mejores ideas que se le podían haber ocurrido.

miércoles, 8 de abril de 2020

¿DEBE UN SUMIS@ DESEAR SU PROPIO PLACER ?

El otro día ví esta pregunta pululando por la red, en concreto en Twitter. Y desde mi punto de vista como sumisa contestaré que sí, por supuesto, para eso es sumis@, para eso se ha metido en el BDSM, para eso quería ser sumis@ para obtener su propio placer. Pero obviamente, el sumiso no obtienen el placer de la misma manera o con las mismas cosas que el Amo o que alguien que esté en una relación vainilla. No sé el resto de sumisos, yo solo puedo hablar por mi, pero diré que como sumisa, si, deseo mi propio placer, por eso me gustan las sesiones con mi Amo, me gusta que me azote, que me excite, que me prohíba que tenga un orgasmo, que me humille, que me someta a sus caprichos y me gusta porque en todas esas cosas obtengo mi placer. No sólo placer sexual, sino también placer sin más, placer por hacer lo que él desea, lo que el me pide, placer por hacerle sentir orgulloso de mí, el placer de sentir que soy la sumisa que él quiere, que él necesita.