lunes, 5 de julio de 2021

EL LIGUERO - LOS JUEGOS PERVERSOS DE MI JEFE

 A Amo Grey le gusta que me ponga medias con liguero. Obviamente, la premisa es que no lleve braguitas y debo llevar falda, a poder ser corta. Porque a Amo Grey le encanta quitarme el liguero o también dejarlo puesto. Sea como sea estoy descubriendo a todo un fetichista en mi Amo. 

Bueno, a lo que vamos. Ayer me dijo que tenía que ponerme el liguero y las medias, sin braguitas debajo, para ir a trabajar. Así que como sumisa obediente, me las puse. Y ya en el coche, mientras íbamos al  trabajo, Amo Grey, no dejaba de acariciar mis piernas, buscar mi sexo bajo la falda y acariciar suavemente, lo que pudiera. Llegamos a la oficina, y me hizo subir por las escaleras, con él detrás de mí. Menos mal que son sólo tres pisos. Eso sí, él iba todo el rato mirando mi culo y diciéndome: 
— ¡Qué culo más hermoso tienes! 
Llegamos a la oficina, entramos en el despacho y nos pusimos a trabajar, pero al cabo de unos 20 minutos. Amo me ordenó: 
— Ven aquí Lee. 
Me levanté, y me dirigí hacia él, mientras él me indicaba: 
— Aquí a mi lado. 
Lo hice. Me puse a su lado, de pie, y entonces sentí su mano subiendo por el interior de mi pierna suavemente. Rozó mi clítoris con un par de dedos, luego mis labios vaginales. Gemí empezando a excitarme. 
— Vuelve a tu sitio — me ordenó. 
Volví a trabajar o por lo menos a intentarlo, aunque me costaba, la verdad. Cuando a Mi Amo le da por jugar en la oficina, me cuesta mucho concentrarme en el trabajo. Durante un rato, Amo se comportó. Pero al cabo de más o menos media hora, volvió a llamarme. De nuevo, me coloqué a su lado. Estaba muy húmeda, porque no había dejado de pensar en las cosas que Amo Grey me haría. Sentí sus dedos, adentrarse entre mis piernas, subir por ellas hasta mi sexo. Sentí como los untada en mi humedad y luego como metía uno dentro de mí. Gemí, metió otro, volví a gemir, incluso me estremecí al sentirlo. 
— No te muevas, putita — me dijo en voz baja, mientras movía sus dedos dentro y fuera de mí. 
Y entonces alguien llamó a la puerta. Me quedé quieta, como si fuera un niño pequeño descubierto en una de sus travesuras. Y Amo Grey dijo: 
—  Adelante. 
La puerta se abrió y Elisa la recepcionista se acercó a la mesa con un sobre grande. 
— Acaban de traerle esto, Sr. 
— Gracias Elisa. 
Elisa dejó el sobre encima de la mesa y luego salió del despacho, mientras Amo Grey seguía con sus dedos metidos dentro de mí. Tras eso, sacó sus dedos, se puso en pie situándose tras de mí y me subió la falda, lo que me alarmó. 
— ¿Qué vas a hacer Sr? — le pregunté. 
— Voy a follarte ahora mismo, no aguanto más. 
— Pero Sr. la puerta — dije asustada, ya que alguien podía entrar y pillarnos en pleno acto. 
Pero nada le convenció, sentí su sexo en la entrada de mío, y como de un sólo empellón lo metía profundamente. Luego me sujetó por las caderas y empezó a moverse dentro y fuera, dentro y fuera, cada vez más rápido, tanto que en menos de un minuto se corría, sin permitir que yo lo hiciera, dejándome con las ganas. Se apartó de mí, y me ordenó que volviera a mi sitio. Mi corazón aun latia a mil por hora cuando me senté en mi silla. 

1 comentario: